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HAWC, la buena noticia para México

Aleida Rueda
23/mar/2015

Con un escenario natural inigualable, en las laderas de los volcanes Sierra Negra y Pico de Orizaba, y ante más de 300 invitados, quedó inaugurado el laboratorio HAWC de rayos gamma este 20 de marzo.

En su gran día el observatorio recibió a investigadores, estudiantes y trabajadores vinculados al proyecto así como representantes de los medios de comunicación e invitados especiales.

Entre ellos destacaron el director del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), Enrique Cabrero; el coordinador de la investigación científica de la UNAM, Carlos Arámburo; France Córdoba, presidenta de la National Science Foundation; Jordan Goodman, vocero oficial de HAWC en Estados Unidos, entre otros representantes de universidades de México y Estados Unidos.

También estuvo presente el director del Instituto de Física, Manuel Torres Labansat, junto con sus pares de Astronomía, William Lee; Nucleares, Miguel Alcubierre; y Geofísica, Arturo Iglesias.

Todo ocurrió en un ambiente festivo. Y no fue para menos. Después de 7 años, que incluyeron la construcción de los primeros prototipos, decenas de pruebas y las primeras observaciones con 7, 30 y 100 contenedores, por fin se inauguró el observatorio con 293 tanques funcionando al 100 por ciento.

HAWC (High Altitude Water Cherenkov, por sus siglas en inglés) monitoreará continuamente el universo en busca de rayos gamma de la más alta energía y, con ello, podrá posicionarse en nuestro país como uno de los observatorios en altas energías más importante de este siglo.

En la inauguración, minutos antes de que Cabrero y Córdoba presionaran un botón para echar a andar una simulación de la forma en que HAWC detecta los rayos gamma, Arámburo celebró el proyecto y la colaboración y dijo que en estos tiempos era importante enfatizar que en México también hay buenas noticias y que HAWC es una de ellas.

"Hoy es un buen día para decirle al mundo que en México también sabemos hacer ciencia, que somos competitivos a nivel internacional, que tenemos el reconocimiento de nuestros pares y que sabemos colaborar en grandes proyectos, en proyectos visionarios, en proyectos del futuro”, dijo Arámburo.

El IFUNAM, al frente

Uno de los protagonistas del proyecto fue el investigador de Instituto de Física, Andrés Sandoval, pieza clave en la construcción e instrumentación del observatorio que hoy es una realidad y en la generación de nuevos profesionales especializados en proyectos experimentales de física de partículas.


Andrés Sandoval, líder del proyecto HAWC. Foto: Mercedes Rodríguez.

Junto con los institutos de Astronomía, Ciencias Nucleares y Geofísica, el IFUNAM ha colaborado desde el inicio en la construcción del observatorio. El equipo, conformado por Sandoval, Rubén Alfaro, Ernesto Belmont, Ana Delia Becerril, Hermes León, Sergio Hernández y Ana Paula Vizcaya, ha participado activamente en el análisis de los primeros datos de HAWC en búsqueda de señales de muones para optimizar el reconocimiento de cascadas de partículas cargadas de las de rayos gamma.

El grupo del Instituto de Física también ha realizado propuestas de expansión de HAWC para mejorar su eficiencia a mediano plazo y encabezado la publicación de los primeros datos tomados con sólo 7 detectores.

Con base en sus observaciones, los investigadores actualmente desarrollan trabajos relacionados con fuentes variables de rayos gamma, materia oscura, reconocimiento de muones, detección de leptones ultra energéticos.

Recorriendo HAWC

La inauguración incluyó recorridos a través de los inmensos contenedores de 4.5m de altura y 7.3m de diámetro, capaces de almacenar cada uno 180 mil litros agua, colocados en una superficie de 30 mil metros cuadrados, que representan tres veces una cancha de futbol soccer.

Los invitados también pudieron observar el interior de uno de estos contenedores, con claras explicaciones por parte de los miembros del equipo sobre la forma en que los detectores identifican la cascada de partículas y radiación que desciende desde gran altitud en la atmósfera terrestre hasta la superficie.

Dado que estas partículas producen una estela de luz visible o radiación Cherenkov, los sensores de luz en el fondo de cada detector de Cherenkov son capaces de detectarla y almacenar información que puede revelar su origen. Es esa la mayor aportación de HAWC, un proyecto producto de una colaboración internacional que pretende explicarnos el origen de buena parte de los fenómenos de mayor energía en el universo, incluida su misma creación.

La visita también incluyó una parte artística gracias a Felipe Suárez, quien representó el observatorio y sus paisajes con coloridos cuadros.

De la atmósfera a los mexicanos

Como parte de las actividades relacionadas con HAWC, algunos niños de la comunidad de Texmalaquila, el pueblo por donde se abre el camino para subir al observatorio, fueron invitados a dibujarlo. Algunos de ellos estuvieron presentes durante el recorrido de este viernes y explicaron ellos mismos sus dibujos a los visitantes.

Unos días antes de la inauguración, durante la conferencia de prensa llevada a cabo en el Conacyt, los miembros de la colaboración hablaron del papel de HAWC no sólo como motor para el desarrollo científico del país, sino como un factor para el desarrollo social de los pueblos aledaños y un punto de encuentro entre trabajadores y científicos.

"A tal punto que próximamente uno de los investigadores será padrino de uno de los hijos de los trabajadores", refirió William Lee, director del Instituto de Astronomía.

HAWC significa colaboración

"Si hay una palabra que puede definir a HAWC es colaboración", dijo Enrique Cabrero durante la inauguración. "La clave del éxito de este observatorio y de cualquier proyecto son las alianzas, la convergencia de perspectivas y las sinergias".

“Por eso creo que debemos de continuar en este camino, porque la sociedad del conocimiento es una sociedad global que requiere de la voluntad de diversos países para trabajar en conjunto”, subrayó.

Fue en equipo, justamente, como nació la idea de construir HAWC; fue en equipo como se construyó; fue en equipo como se hicieron las primeras pruebas y los primeros análisis de sus observaciones; y es en equipo como ahora es presentado ante la sociedad mexicana y mundial.

De manera que, en efecto, HAWC es una buena noticia para México porque representa un pivote para su desarrollo científico, pero también porque desde su inicio ya significa un caso de éxito de cooperación entre países, instituciones, y quizás más importante: seres humanos.

Algunos momentos de la inauguración de HAWC. Fotos: Mercedes Rodríguez.