Unidad de Comunicación

Por primera vez en su historia, el premio Jorge Lomnitz Adler, instaurado en 1996 por el Instituto de Física y la Academia Mexicana de Ciencias y que reconoce a quien haya hecho aportes importantes en el campo de la dinámica no-lineal, fue otorgado a una investigadora que es, además, no física.

La investigadora del Instituto de Ecología de la UNAM, la bióloga Mariana Benítez mereció el galardón gracias a su extenso trabajo interdisciplinario y sus notables aportaciones en el estudio de la ecología evolutiva de desarrollo y de la agroecología, abordándolos desde la perspectiva de los sistemas complejos y modelos matemáticos.

En su presentación, el investigador Octavio Miramontes reconoció la trayectoria de Benítez y afirmó que es sin duda un gran ejemplo de que la interdisciplina es ahora indispensable para la generación de conocimiento.

“La física, la biología y las humanidades desdibujan sus fronteras y se entrelazan para entender mejor el Universo”, dijo en su discurso la ganadora del premio Jorge Lomnitz Adler.

“En un lugar muy especial, entre los creadores de puentes está Germinal Cocho, a quien quiero dedicar este reconocimiento”, por su gran enseñanza e influencia en este campo de los sistemas complejos y de la vida misma, dijo Benítez.

En la sesión también fue entregada la medalla Fernando Alba, instaurada hace doce años para distinguir las aportaciones notables de científicos nacionales al campo de la Física Experimental. En esta ocasión el galardón fue otorgado a Augusto García Valenzuela, del Centro de Ciencias Aplicadas y Desarrollo Tecnológico (CCADET).

Rubén Barrera, destacó a Augusto García como un investigador muy curioso y sobre todo con mucho talento en el área de la física experimental. Barrera y García han colaborado desde hace más de 12 años en el estudio de las propiedades ópticas de los sistemas coloidales.

“Esta medalla consigue en mí motivarme para continuar desarrollando investigación en el ámbito donde lo he hecho hasta ahora y para seguir preparando estudiantes en esta área”, afirmó el premiado.

Además, luego de 19 años consecutivos, fue entregada la medalla Marcos Moshinsky, que reconoce a los investigadores cuyas aportaciones en el ámbito de la dinámica no-lineal sean innovadoras. Este año, la medalla fue para Juan Faustino Aguilera Granja, investigador del Instituto de Física de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí galardonado con esta distinción por su destacado aporte al desarrollo de la Física Teórica.

Aguilera es especialista en aplicaciones de la mecánica estadística a sistemas de materia condensada, estructura electrónica de materiales nano-estructurados, entre otros temas.

“Agradezco a la UNAM y al comité del premio por asignarme como merecedor del mismo”. De manera bastante emotiva, Aguilera agradeció a su esposa, su familia y amigos que aunque no todos pudieron estar presentes “han hecho posible que esté aquí”.

El presídium estuvo conformado por Jaime Urrutia Fucugauchi y José Luis Morán Presidente y vicepresidente, respectivamente, de la Academia Mexicana de Ciencias; Manuel Fermín Villar Rubio, rector de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí; Rubén Barrera, investigador emérito del IFUNAM; Octavio Miramontes Vidal, investigador del IFUNAM; y Manuel Torres Labansat, director del Instituto.

Además estuvieron presentes Larissa Adler, investigadora emérita de la UNAM y mamá de Jorge Lomnitz Adler; Ruth y Estela, hermanas de Marcos Moshinsky; y la hija de Fernando Alba, Leticia Alba, académica de la UNAM.

“Estos premios son muy apreciados para la comunidad científica nacional” y reconocidos también a nivel internacional, dijo Jaime Urrutia, presidente de la Academia Mexicana de Ciencias.

Para concluir la ceremonia Manuel Torres Labansat remarcó la importancia que tiene el esfuerzo conjunto tanto de la Academia Mexicana de Ciencias como el Instituto de Física por reconocer y motivar la investigación nacional de calidad, imprescindible para el desarrollo académico y cultural del país.