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Fallece el físico mexicano Octavio Novaro

Carlos Antonio Sánchez
07/mar/2018

Nunca estuvo de acuerdo en que los adultos perdieran el interés por hacerse preguntas y mucho menos aceptó que la gente de mayor edad perdiera la paciencia para responder las dudas que los niños hacían, porque Octavio Novaro Peñalosa siempre pensó que impedir que un niño hiciera preguntas era echar a perder a un futuro investigador o investigadora.

Novaro Peñalosa fue un físico mexicano reconocido mundialmente, investigador y ex director del Instituto de Física, que murió el día de ayer, martes 6 de marzo de 2018 a las 11:30 p.m.

Fue un niño que no se quedó con las ganas de explorar cuanto libro tenía en las manos. El mismo Novaro contaba que su favorito era uno sobre la historia del ser humano con el que descubrió que todos somos parientes de una familia de 30 mil personas hace 90 mil años que alguna vez salieron de África. Con él, también descubrió que quería comprender el mundo, como lo haría algunos años después como físico.

Novaro nació en la Ciudad de México el 4 de julio de 1939. Cursó la carrera de físico en la Universidad Nacional Autónoma de México de la que se graduó en 1965, luego terminó la maestría en 1968 y el doctorado en 1969.

Durante el primer año de su carrera en física conoció a Marcos Moshinsky, un físico nuclear estudiante de Princeton y contemporáneo de Albert Einstein. Moshinsky se convirtió años después en el asesor de tesis de Novaro para doctorado en 1969.

Octavio Novaro fue el primer alumno de Moshinsky que no se dedicaría a la teoría de grupos aplicada a la física sino a la química teórica, un campo que sería el futuro de Novaro a partir de ese momento.

Fue investigador y, luego, consultor del Instituto Mexicano del Petróleo durante 15 años. Fue profesor desde 1964 en las facultades de Ciencias y de Química en la UNAM, y también en otras universidades como la Universidad Autónoma Metropolitana, la Escuela de Ingenieros Militares y en otras de México, Europa, América del Norte, Asia, Oceanía y África.

Novaro, director del IF

Desde 1965 ingresó como investigador a nuestro Instituto de Física, del que fue director por dos períodos (1991-1995 y 1995-1999).

Durante este periodo ingresaron al IF cerca de 35 investigadores contribuyendo con esto al fortalecimiento y diversificación de las áreas del conocimiento, que con tanto éxito se han desarrollado en el Instituto. Logros importantes de este periodo son sin lugar que se contribuyó de forma importante a la descentralización de la física en México.

En 1997 se creó el Centro de Ciencias de la Materia Condensada, a partir del Laboratorio del Instituto de Física en Ensenada, Baja California. Un año después en 1998 se Creó el Centro de Ciencias Físicas, a partir del Laboratorio del Instituto de Física en Cuernavaca, Morelos.

También durante su gestión como director se creó un departamento en Juriquilla Querétaro, que posteriormente se independizó al crearse el Centro de Física Aplicada y Desarrollo Tecnológico. En 1997 y con motivo de una reforma profunda que se llevó a cabo en la UNAM de su sistema de estudios de posgrado, encabezó junto con otros colegas el proyecto e implementación del Posgrado en Ciencias Físicas de la UNAM.

Padre de la nanociencia mexicana

Sus principales líneas de investigación fueron la física atómica y molecular, física teórica, mecánica cuántica, fisicoquímica, respuesta sísmica resonante y catálisis teórica y experimental. Con un promedio de 100 citas anuales en el Science Citation Index desde 1969.

Octavio Novaro Peñalosa encontró una simetría dinámica del sistema periódico y demostró que se puede “mapear” en un trompo tetradimensional en un espacio equivalente. También realizó el primer estudio completo de un proceso catalítico real (la polimerización Ziegler-Natta) y junto con instituciones de investigación en México surgieron patentes 100 por ciento mexicanas en vez de comprarle a las industrias extranjeras sus patentes tras la expropiación petrolera.

Si alguna característica debemos resaltar en la obra científica de Octavio Novaro es la gran diversidad de áreas de la ciencia en las que ha trabajado a lo largo de cinco décadas y entre las que ha logrado una integración armoniosa y profunda. Esta necesidad de desarrollar la teoría con miras a su confrontación detallada y profunda con el experimento ha sido una de las constantes de su obra científica", afirma el investigador del IF Rosalío Rodríguez.

Para el investigador Rubén Santamaría, Novaro fue "un investigador con visión científica, que le permitió ser un adelantado a su tiempo. Fue él quien inicio en el país las investigaciones de cúmulos metálicos, antes de lo que ahora se conoce como la era de la Nanociencia. Octavio mostró como la materia a pequeña escala muestra propiedades diferentes con respecto a la materia a gran escala. El crecimiento de dicha área ha sido vertiginoso. En la actualidad, la nanociencia forma una parte central en las investigaciones del IFUNAM, tanto a nivel teórico así como usando técnicas de última generación experimentales".

Una curiosidad inagotable

Octavio Novaro es la muestra de una gran trayectoria académica, en conjunción con una gran calidad humana. Hablaba más de nueve idiomas. Pasó de explorar el jardín inmenso que tenía cerca de su casa cuando tenía tres años a cruzar los Himalayas y descubrir el Tibet, atravesar las densas selvas para visitar las ruinas de Ankor, en Camboya.

Era, además, un gran maestro. María Esther Ortiz, invetsigadora del IF, cuenta cómo fue testigo de la entrega y compromiso de Octavio. "Sus (investigadores) vecinos del 10 piso, al pasar frente a su oficina podíamos observar cómo dedicaba sesiones y días enteros a examinar uno a uno a sus estudiantes, mientras paseaba nervioso de un lado a otro de su oficina", recuerda.

Después de las violentas sacudidas de la Ciudad de México en 1985, su curiosidad con Jorge Flores lo llevó a escribir un artículo que sería la portada de Nature en 1987, que reporta el comportamiento de las ondas sísmicas en el blando suelo del Valle de México.

"Identificamos en su obra una enorme contribución a la ciencia de nuestro país; una carrera que se caracteriza por una inmensa capacidad vital y un curiosidad inagotable que lo lleva a abordar los más diversos temas con la idea de construir puentes, definir convergencias, adentrarse en la síntesis del conocimiento", dijo el director del Instituto de Física, Manuel Torres Labansat.

Sin duda, fue uno de los científicos insignes de la física nacional. Octavio Novaro era un cazador de ideas y el Instituto de Física lamenta profundamente su fallecimiento.