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Víctor Romero pasa la batuta para coordinar las Olimpiadas de Física

Yanine Quiroz
26/feb/2019

Con un récord de 45 medallas para México en justas internacionales y tras ocho años como coordinador de las Olimpiadas de la Física, que organiza la Sociedad Mexicana de Física (SMF), Víctor Romero Rochín, investigador del Instituto de Física de la UNAM, deja un proyecto consolidado y con “vida propia” para permanecer en el futuro.

A partir de este año y hasta 2022 dicha coordinación estará en manos de Rodrigo Pelayo, investigador de la Unidad Profesional Interdisciplinaria en Ingeniería y Tecnologías Avanzadas del Instituto Politécnico Nacional, donde ha sido profesor por más de 16 años. Su mérito como miembro activo en el Comité Académico Olímpico durante los últimos tres años le valió su nuevo nombramiento en enero pasado.

Desde 2011 Víctor Romero fungió como coordinador tanto de la Olimpiada Nacional de Física, que se realiza cada año en noviembre, como de la participación de México en las Olimpiadas Iberoamericana e Internacional.

Durante esos ocho años su trabajo consistió en promover y organizar las Olimpiadas de la Física en México, además de preparar a los estudiantes que representan al país en las competencias mundiales.

Una de los logros más significativos de Romero al frente de las Olimpiadas fue integrar el Comité Académico, un organismo encargado de diseñar los problemas de física para el entrenamiento previo a las olimpiadas. También desarrolló el proyecto “Las medallas se ganan en México”, que busca preparar a los jóvenes participantes de manera presencial, en la Facultad de Ciencias de la UNAM, y a distancia, así como incentivarlos para que tengan un alto desempeño en el exterior.

“Si ganas una medalla en la olimpiada es porque hiciste un esfuerzo en México, entonces lo ganaste aquí”, mencionó el investigador de la UNAM.

Gracias a este esfuerzo académico y al talento de estudiantes y de profesores como Eleazar Neri o Rodrigo Pelayo, el país ha figurado en el medallero de varias de estas justas académicas. Tan solo en las últimas ocho ediciones de ambas olimpiadas, la Iberoamericana e Internacional, de 2011 a 2018, los estudiantes mexicanos han ganado 6 medallas de oro, 9 de plata y 30 de bronce, así como 18 menciones honoríficas.


Pelayo y Romero, investigadores y docentes convencidos de la formación en física de calidad.

“México participa en ambas olimpiadas desde hace más de 20 años. Entonces había entusiasmo pero poca organización y pocos recursos. Dos años antes de que México fuera sede de la Olimpiada Internacional de Física en 2009, la SMF decidió empezar a entrenar a los jóvenes”, recuerda Víctor Romero.

Desde entonces, el entrenamiento empieza a nivel estatal, con exámenes teóricos y prácticos, para ir identificando a los estudiantes con mejor desempeño para los encuentros internacionales.

La Olimpiada Nacional de Física es la primera fase, en ella participan 130 jóvenes de bachillerato de todo el país que ganaron en las olimpiadas estatales, en ellas se otorgan medallas de oro, plata y bronce a los primeros 30 lugares. De ahí se eligen y entrenan a cuatro estudiantes para ir a la Olimpiada Iberoamericana y otros cinco para la Internacional.

El proceso, siempre guiado por los profesores de diversos estados y el coordinador, ha logrado que, en poco tiempo, se tenga una incubadora de estudiantes entrenados para participar en las competencias del más alto nivel internacional.

Pocos estados y pocas mujeres en los medalleros... aún

Aunque en las justas nacionales participan todos los estados de la República, en los últimos ocho años la mayoría de los medallistas mundiales provinieron de universidades tanto públicas como privadas de ocho estados: Nuevo León (12 medallas y 3 menciones honoríficas); Jalisco (6 medallas y 2 menciones honoríficas); CDMX (6 medallas); Sinaloa (4 medallas y 4 menciones); Yucatán (4 medallas y 3 menciones); Baja California (3 medallas y 1 mención); Sonora (3 medallas) y San Luis Potosí (2 medallas y 1 mención).


Información: Yanine Quiroz. Diseño: Mayagüel Casañas. Unidad de Comunicación del Instituto de Física

Víctor Romero menciona que eso es mérito de los maestros. “Las olimpiadas se han desarrollado en México gracias al entusiasmo de algunos profesores”, quienes, por cierto, no cobran por ello. Por eso una de las tareas pendientes para el próximo coordinador será impulsar la profesionalización y remuneración de más de estos talentosos docentes.

Otra característica de las últimas ocho ediciones de las olimpiadas mundiales fue la baja presencia de mujeres en las delegaciones mexicanas, pues en las últimas ocho ediciones de la Olimpiada Iberoamericana de 31 estudiantes con medallas o mención honorífica, no hubo ninguna joven premiada.

En el caso de la Olimpiada Internacional de Física, solamente tres mujeres han obtenido reconocimiento: Valeria García, de Sinaloa, recibió mención honorífica en 2018; Grecia Castelazo, una competidora de Jalisco que actualmente cursa su licenciatura en el Instituto Tecnológico de Massachusetts, ganó medalla de bronce en 2017; y Sandily Rivera, de Baja California, obtuvo mención honorífica en 2010.

Sin embargo, en años previos al 2011, ha habido otras estudiantes premiadas, por ejemplo, en la Olimpiada Iberoamericana las mujeres ganaron una medalla de plata en Uruguay en 2005, una medalla de bronce en Costa Rica en 1999 y otra en Colombia en 1991, además de una mención honorífica en Chile en 2009.

El investigador de la UNAM defiende que esta tendencia podría cambiar si se fomenta el entusiasmo por las ciencias desde la secundaria y preparatoria. “Uno se pregunta si la poca presencia de mujeres en la física es una cuestión social, pero yo no lo creo. Cada vez más hay mujeres estudiando esta licenciatura”, asegura.


Víctor Romero. Foto: Yanine Quiroz.

Optimista, pero con retos importantes

El país tuvo un momento cumbre en la Olimpiada Iberoamericana de Física en 2013 y 2014 cuando se ganaron 5 medallas de oro. Desde entonces, no se ha repetido el triunfo. En la Olimpiada Internacional, 2017 fue el año en el que México rompió récord con 5 medallas de bronce.

“La misión es ganar medallas, alentamos a los estudiantes para que compitan de manera sana; sin embargo, el propósito real de esto es incidir en el mejoramiento de la enseñanza de la ciencia y de la física en la educación media-superior del país”, afirma el ex coordinador nacional de las Olimpiadas de la Física.

La Sociedad Mexicana de Física financia, a través del Conacyt, la participación de los estudiantes a la Olimpiada, pero el ex coordinador nacional considera necesario que otras dependencias como la Secretaría de Educación Pública se sumen y destinen recursos para estas competencias, así como para las que se realizan en matemáticas y química.

De acuerdo con la página oficial de la SMF, “la trascendencia de las Olimpiadas de la Física en México va más allá de reconocer y premiar el talento de los jóvenes participantes. Pretende repercutir y contribuir a la educación y enseñanza de la Física en México y a la formación de recursos humanos con conocimientos sólidos en esta disciplina”, cosa que se ha logrado con los años gracias al empeño de unos pocos.

Ahora es momento de pasar la batuta pero también de involucrar a más docentes, dependencias y patrocinadores. Porque, dice Romero, las olimpiadas son más que una competencia, son un incentivo para los estudiantes que compiten, e incluso para quienes no llegan a ser seleccionados pero, sobre todo, son la muestra de la capacidad que tiene México para aprender, enseñar y desarrollar física de primer nivel.


Los participantes y profesores que representaron a México en la Olimpiada Internacional de Física 2018. De izquierda a derecha: Eleazar Neri Medina, profesor; Oliver Vicente García Esparza de Nuevo León; Daniel Martín Marín Quiroz, del Estado de México; Valeria García Hernández de Sinaloa; Oscar Guardado Chacón de Nuevo León; Rubén Ulises Rodríguez González de Baja California; y Rodrigo Pelayo Ramos, profesor.