Karina Maldonado Portillo21/jun/2012
Con el inicio de la Cumbre de Río+20, en Brasil, el cambio climático vuelve a ponerse en la mesa de discusión internacional y el IFUNAM hizo lo propio con la charla de Edmundo de Alba el pasado 14 de junio sobre los avances y obstáculos de las negociaciones para combatirlo y la vulnerabilidad de México ante el fenómeno.
“Países como México son de los más vulnerables frente al cambio climático por sus debilidades económicas y por la posición geográfica”, dijo De Alba, quien ha fungido como asesor del Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC).
De hecho, dijo, aunque el país está en la media al emitir solo el 1.65% del total de los gases de efecto invernadero (GEI), es imposible ignorar que lanza a la atmósfera más GEI que países desarrollados como Italia, Francia y España, y que desde 2008 es el número 11 en la lista de países que emiten más.
De ahí la seria postura del país a favor de mitigar los efectos del fenómeno que si bien ha tenido poca repercusión en el ámbito general, ha propiciado avances a tal grado que, incluso, se convirtió recientemente en el segundo país en desarrollo en promulgar una ley de cambio climático.
Así, justo cuando el Protocolo de Kioto entra en su última etapa, el pasado 5 de junio Felipe Calderón firmó el decreto para expedir esta ley que pretende establecer políticas públicas con el fin de controlar la emisión de gases de efecto invernadero y encontrar soluciones a las ya presentes consecuencias del cambio de temperatura. Según la publicación Nature, esta es una de las legislaciones “más sólidas a las fecha”.
De Alba, quien también es asesor de cambio climático en el Instituto Nacional de Ecología, hizo un recuento histórico desde 1988 cuando los científicos dieron a conocer un fenómeno que aumentaba la temperatura de la Tierra y la alta probabilidad de que fuera a consecuencia de la actividad humana.
A partir de entonces se llevaron a cabo distintas cumbres y acuerdos para controlar la emisión de GEI: Pactos como el Protocolo de Kioto y eventos como la Conferencia de la Naciones Unidas para el Cambio Climático, que han significado grandes avances.
Sin embargo, explicó De Alba, también ha habido altibajos que obstaculizan los éxitos, como la no ratificación de acuerdos internacionales en favor de la industria petrolera, como fue el caso de la renuncia de George Bush a la regulación de las emisiones de GEI y su explícita oposición al Protocolo de Kioto.
De hecho, “ya está comprometido un incremento que no se reducirá en los próximos años”, lo que significa que se realicen o no los esfuerzos para mitigar sus efectos, ya no hay marcha atrás porque son gases que ya están contaminando.
Lo importante entonces es trabajar en la adaptación a los cambios ya presentes en el ambiente y fortalecer los esfuerzos de México por llevar a cabo acciones conjuntas para la mitigación de los GEI, tal como lo hizo en la Conferencia de las Partes de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP 16), en Cancún, luego del fracaso de Copenhague en 2009.
Edmundo de Alba dijo además que debe haber un conocimiento más amplio sobre la ciencia del cambio climático con el fin de establecer estrategias específicas para reducir no solo el dióxido de carbono (que en realidad no es el elemento que contamina más), sino también el metano, el óxido nitroso, los hidrofluorocarburos (HFC), los perfluorocarbonos (PFCs), así como el hexafloruro de azufre, el cual contamina 23000 mil veces más que el CO2, afirmó.
Edmundo de Alba Alcaraz es doctor en Física por la UNAM y asesor de diversas organizaciones relacionadas con la preservación del medio ambiente. Al ser también asesor del IPCC, es parte del equipo que obtuvo el Premio Nobel de la Paz en 2007 junto con Al Gore, ex vicepresidente de los Estados Unidos. De Alba fue esposo de Alejandra Jáidar, la primera mujer que se recibió como física en la UNAM y una de las fundadoras más importantes de la Sociedad Mexicana para la Divulgación de la Ciencia.
