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Nombran a la Dra. Ana María Cetto Kramis como presidenta y miembro del Comité Directivo Mundial de Ciencia Abierta de la UNESCO

Erika Montserrat Vilchis Quintero
16/02/2023

Recientemente, se notificó el nombramiento de la Dra. Ana María Cetto Kramis como miembro del Comité Directivo Mundial de Ciencia Abierta de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), en representación del Grupo III de los Estados de América Latina y el Caribe por su vasta experiencia y conocimientos en el tema de ciencia abierta, y su elección como presidenta del Comité. La investigadora, quien está adscrita al departamento de Física Teórica del Instituto de Física de la UNAM, fue nominada por la directora general de la UNESCO, Audrey Azoulay.

Al hablar de una definición de ciencia abierta, la doctora comenta que decir en pocas palabras lo que abarca este concepto es complicado, puesto que existen distintas interpretaciones. Sin embargo, el documento de la Recomendación UNESCO procuró reflejar las distintas visiones. Es ahí donde se menciona que, en sentido amplio, la ciencia abierta tiene como objetivo transformar el proceso científico para que la ciencia sea accesible, eficiente, transparente, y que beneficie a todos. Puede ser un parteaguas en la respuesta ante los desafíos planetarios y socioeconómicos que se presentan en la actualidad, y busca contribuir a reducir las brechas entre países en lo que se refiere a la ciencia y la tecnología.

Al ahondar en lo que significa la ciencia abierta, la doctora expresó lo siguiente: “Existen disparidades en la definición, así como en la ciencia entre países y dentro de los mismos países. La ciencia abierta, por un lado, significa poner a disposición de la población el conocimiento publicado con un acceso libre. Sin embargo, una definición más amplia también implica la apertura de las comunidades científicas a un diálogo con otros sistemas de conocimiento y que se abra más el sistema científico al resto de la sociedad sin excluir a nadie”.

La Dra. Cetto visualiza la Recomendación como una etapa más de un proceso natural y comenta que, “esa apertura de la ciencia no es algo que se puede lograr de la noche a la mañana. Si se quiere resolver los grandes problemas que afronta la humanidad y el planeta, necesitamos de la participación de toda la sociedad y terminar con la dicotomía que la separa de la comunidad científica, pues los científicos también somos parte de la sociedad y tenemos la responsabilidad de pensar acerca de los impactos del trabajo que estamos haciendo, independientemente del área a la que nos dediquemos, y de saber comunicar ese conocimiento”.

La Dra. Ana María Cetto en entrevista para el programa La UNAM responde, de TV UNAM. Cortesía: TV UNAM.

En su calidad de organismo de las Naciones Unidas, la UNESCO está capacitada para definir una visión coherente de la ciencia abierta. Por ello, el 23 de noviembre de 2021, en su 41a reunión de la Conferencia General de la UNESCO, los 193 Estados Miembros adoptaron el primer instrumento normativo mundial sobre ciencia abierta: la Recomendación de la UNESCO sobre Ciencia Abierta. Una vez aprobadas por el órgano rector supremo de la Organización, las recomendaciones pretenden influir en el desarrollo de leyes y prácticas nacionales.

Como presidenta, su responsabilidad es estar atenta a los procesos y resultados que se están llevando por parte de los cinco grupos de trabajo que se formaron para aterrizar distintos aspectos que competen a la Recomendación. Estos grupos son, de primera mano, quienes se encargarán de dar seguimiento a la implementación de los diversos acuerdos en los países miembros. Otra de sus tareas es estar atenta a cualquier sugerencia que venga por parte de cualquiera de los miembros del comité o del secretariado de la UNESCO.

Como miembro del Comité Directivo de Ciencia Abierta, la Dra. Cetto será convocada para ayudar a la Directora General de la UNESCO para dirigir la implementación de la Recomendación mediante: la sensibilización sobre ésta en sus regiones y comunidades de práctica; proporcionar orientación experta y estratégica en la implementación y seguimiento de ella; asegurar la inclusión de las perspectivas y necesidades regionales en su implementación; identificar oportunidades y desafíos clave en la implementación; contribuir y revisar documentos y herramientas que se desarrollarán para acompañar a los Estados miembros y otros actores de la ciencia abierta en la implementación; identificar iniciativas regionales de ciencia abierta, infraestructuras y mejores prácticas.

Los siete objetivos de la recomendación son: 1) promover una definición común de la ciencia abierta, de los beneficios y desafíos que conlleva y de los diversos medios de acceder a ella; 2) crear un entorno normativo propicio para la ciencia abierta; 3) invertir en infraestructuras y servicios de ciencia abierta; 4) invertir en recursos humanos, formación, educación, alfabetización digital y desarrollo de capacidades para la ciencia abierta; 5) fomentar una cultura de la ciencia abierta y armonizar los incentivos en favor de la ciencia abierta; 6) promover enfoques innovadores para la ciencia abierta en las diferentes etapas del proceso científico; 7) promover la cooperación internacional y multipartita en el contexto de la ciencia abierta y con miras a reducir las brechas digital, tecnológica y de conocimientos.

Para finalizar, la Dra. Cetto menciona que es temprano para hablar de proyecciones a corto y a mediano plazo, puesto que aún se encuentran en una etapa muy inicial de la implementación de la Recomendación. Sin embargo, hasta el momento han sido capaces de identificar algunos de los retos que tendrán que afrontar, como son la falta de infraestructuras en algunos países, en particular en los de la región de América Latina y el Caribe; la falta de políticas nacionales, particularmente de acceso abierto y de ciencia abierta; y la percepción de la comunidad académica, pues en muchos lados es reacia a participar y contribuir a la apertura de la ciencia, ya sea por desconocimiento o por falta de interés.

La Dra. Cetto anima a los estudiantes en formación a que sean conscientes de la importancia de ejercer la ciencia desde una perspectiva ética, pues “es importante que entre los jóvenes que se están formando como científicos exista una conciencia de la responsabilidad que tenemos como seres humanos, como ciudadanos y como científicos”.