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No son expertos en maratón ni en clavados ni en tiro con arco pero son atletas de elite, "atletas de la mente", como los llama Víctor Romero, coordinador de las Olimpiadas de Física, quienes lograron dos medallas de bronce y una mención honorífica en las recientes Olimpiadas Internacionales de Física (IPhO), llevadas a cabo en Estonia.

A pesar de que México participa en las IPhO desde los 90’s no fue hasta el 2009, con las Olimpiadas con sede en México, que se obtuvieron las primeras medallas de bronce. Este año se repite la hazaña con un equipo de cinco jóvenes de preparatoria que, en su mayoría, acude a un evento de esta índole por primera vez.

"Estamos muy contentos. La idea es presumirlo y divulgarlo. Esto es competencia de alto nivel y estos chicos son de alto rendimiento", dice Romero, quien inició desde 2010 el proyecto Las medallas se ganan en México, una propuesta que se basa en un entrenamiento intenso a distancia con el fin de lograr los mejores candidatos para participar en olimpiadas tanto internacionales como iberoamericanas.

"Antes ocurría que había una selección y los volvían a ver una semana antes de la olimpiada, sin saber si habían estudiado o no. Ahora no, ahora ya son tareas por internet. Y ellos tienen que regresarlas", dice el también investigador del IFUNAM.

El proceso de selección inicia con la Olimpiada Nacional, que se realiza en noviembre de cada año y para la que cada estado envía 4 participantes, con excepción del Distrito Federal, que lleva 8. De este primer evento, se eligen a los 30 mejores, quienes entran en un proceso de entrenamiento con tareas a distancia.

En febrero, reúnen a los 30 en el Centro de Investigación en Matemáticas, en Guanajuato, para una semana con entrenadores voluntarios, un par de exámenes y una selección que se reduce a 20 jóvenes. Se les siguen dando tareas y en marzo-abril, hay una segunda concentración en Guanajuato que resulta en 9 finalistas, quienes hacen una última semana intensiva en Ciudad Universitaria. De ellos, 5 van a la internacional en julio, y 4 a la iberoamericana, en noviembre.

Ser atleta en México no es fácil, y menos aún para los que trabajan la mente pues, según Romero, "estos chicos tienen que cumplir con su prepa y además cumplir con las tareas que les mandamos cada semana, que son pesadísimas. Los problemas de olimpiada son de nivel doctorado, con matemáticas nivel primer año de la carrera. Hay que estar entrenado para ellos".

Quizás uno de los obstáculos más importantes de esta carrera es la falta de entrenadores. "Mi experiencia a través del deporte y de la física es que el problema más grave que tenemos en México es que el ser instructor o profesor de lo que sea en México no paga", dice Romero. "Y eso se refleja: a pesar de que el talento lo tienen ellos, no tienen a los entrenadores", y en los pocos estados en que los hay, trabajan como voluntarios, por puro amor al arte. "Y eso a veces no es suficiente".

Poco a poco, Romero va sorteando los obstáculos para la producción de atletas de la mente a gran escala. Recientemente, logró apoyo por parte de instituciones federales para tener 30 equipos experimentales con el fin de entrenar a los chicos no solamente de manera teórica sino también experimental. Además, gracias al apoyo del IFUNAM, empezará a producir material didáctico vía internet que los estudiantes podrán ver y descargar.

"Mi sueño es que no nada más les llegue a los chavos de la olimpiada sino a todas las prepas", dice Romero. Aunque su ambicioso proyecto va dando frutos, él insiste en que hace falta mucho más. Tal y como cualquier entrenador olímpico, quiere el oro, y trabaja para traer a México el primero internacional en física.