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Nombran a Jorge Flores Valdés emérito del SNI

Aleida Rueda
10/sep/2012

El doctor Jorge Flores Valdés fue nombrado Investigador Nacional Emérito del Sistema Nacional de Investigadores (SNI), un reconocimiento que se hace a científicos con más de 65 años de edad y que han sido nombrados investigadores nacionales Nivel III varias veces.

“Es una distinción que implica un nombramiento de por vida”, dice Jorge Flores sobre su nombramiento, y es especialmente “interesante”, dice, debido a que proviene de un sistema que él mismo ayudó a crear hace más de dos décadas.

Fue en 1984, cuando él se desempeñaba como subsecretario de Educación Superior e Investigación Científica de la SEP, cuando dirigió el establecimiento del SNI y lanzó la primera convocatoria que resultó en un registro de los primeros 1,396 candidatos.

“En ese momento, la situación económica de todos los investigadores mexicanos era crítica. La comunidad científica estaba en proceso de desaparición porque no recibían mucho salario. Entonces se buscó un mecanismo para poder evitar la deserción y la fuga de cerebros”, dijo Flores a Noticias IFUNAM.

Era el periodo del presidente de De la Madrid. Al crearse, el Sistema Nacional de Investigadores “salvó a la comunidad científica porque la retuvo, evitó que se fueran”, opina Flores Valdés.

Hoy, después de 28 años, de acuerdo con el investigador emérito, el éxito del SNI es evidente. Según las Estadísticas Básicas 2011, en este año llegaron a los 17,637 investigadores registrados, (y 190 Investigadores Nacional Eméritos) con un crecimiento acumulado (en esos 28 años) de 1,163% y un crecimiento anual del 11%. Destaca el Distrito Federal como la zona con mayor número de registros (7,336 en comparación con los 10,401 del resto del país), aunque todavía con una marcada diferencia de género (11,718 hombres y 5,919 mujeres) en 2011.

También se reafirma la Universidad Nacional Autónoma de México como la institución con el mayor número de registros (3,574), y seguida, muy atrás, por la Universidad Autónoma Metropolitana (906) y el Instituto Politécnico Nacional (775).

A pesar de los logros, Flores explica que quedan grandes retos para mejorar la evaluación de los investigadores mexicanos. Aunque en esencia la forma de evaluación sigue siendo la misma, ahora hay muchas más comisiones dictaminadoras y, sobre todo, mucha más gente que evaluar.

“Es necesario un cambio en la metodología de la evaluación porque si no las comisiones no se van a dar abasto”. El mismo Flores Valdés ha participado en una propuesta para cambiar el mecanismo de evaluación para hacer que el proceso de registro de información sea mucho más fácil y, en consecuencia, el dictamen sea más eficiente.

“La idea es que la gente diga cuáles son sus principales logros. Eso es muy difícil. Porque tienen que hacer una autoevaluación”, pero además tienen que hacerlo más allá de asuntos cuantitativos (número de citas, tesis dirigidas, artículos, etcétera).

Con ello, buscan que los investigadores respondan –sucinta y brevemente- cuáles son sus principales logros en investigación, formación de recursos humanos, y otras cosas (desde la divulgación de la ciencia hasta la generación de nuevas instituciones de investigación) que deberían formar parte de la labor de un investigador y que usualmente no se reconocen.

El objetivo es que sea una evaluación no sólo cuantitativa sino también cualitativa. Al evaluar los logros (y no sólo los números) de un científico, se hace otro tipo de dictamen. Según el investigador, la propuesta ha sido bien recibida y probablemente puesta a prueba por el sistema próximamente.

Entre los logros más importantes de Jorge Flores Valdés está el trabajo más citado de la física mexicana referente a la física de las matrices estocásticas (en coautoría con Pier Mello y Tomás Brody); la invención del hamiltoniano estocástico de 2 cuerpos en 1971, y una teoría nueva y diferente sobre los sismos en la Ciudad de México, que mereció la portada de la revista Nature en 1987. Flores Valdés ha dirigido a más de 30 tesistas entre los cuales destacan investigadores que se desempeñan como directores o tomadores de decisiones en diferentes instituciones.

Finalmente, el emérito es el universitario con más años al frente de una dependencia de la UNAM (varias, en este caso). En total, 25 años: nueve como director del Instituto de Física, ocho al frente del Museo de Ciencias Universum y ocho como director del Centro de Ciencias Físicas, en Cuernavaca. Además, durante un año fue coordinador del Posgrado de Ciencias Físicas, que él mismo echó a andar en 1977.

Con este nombramiento, son 11 los Investigadores Nacionales Eméritos del SNI, que laboran o han laborado en IFUNAM. Así, Flores se une a Carmen Varea, Luis de la Peña, Germinal Cocho, Pier Mello, Octavio Novaro, Jorge Rickards, Rubén Barrera, Marcos Moshinsky, Fernando Alba y Marcos Mazari.