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Las huellas genotóxicas del glifosato

Michelle Morelos
13/nov/2012

Uno los factores para conservar la estética de un campo o la limpieza de un estanque es que se encuentre libre de maleza y, para ello, la forma más rápida, accesible y económica es el uso de herbicidas. En la actualidad, el más utilizado a nivel mundial es el glifosato, cuyos efectos en animales (incluidos los seres humanos) todavía se desconocen.

Con el fin de generar un nuevo precedente sobre las consecuencias de esta sustancia en insectos, Patricia Ramos, encargada del Laboratorio de Genética y Toxicología Ambiental de la Facultad de Ciencias (FC) de la UNAM, hizo una investigación que analiza los impactos en moscas, la cual presentó en el IFUNAM el 26 de octubre como parte del seminario Manuel Sandoval Vallarta.

En su presentación “Glifosato: guardián de transgénicos vs amenaza para animales”, Ramos explicó que el herbicida puede resultar genotóxico para la mosca del vinagre (Drosophila melanogaster) al estar expuesta a esta sustancia en periodos prolongados y a concentraciones bajas.

Por más de 30 años Patricia Ramos ha estudiado a la mosca del vinagre. Es su ‘víctima’ preferida debido a su alto nivel de progenie que se manifiesta en poco tiempo: una hembra fértil es capaz de producir 500 hijos en tan sólo 10 días. Además, comparte con el ser humano 60% de sus genes, lo que hace al insecto una vía útil para entender los mecanismos genéticos que podrían afectar a los humanos.


La Drosophila melanogaster es utilizada en el estudio de herbicidas gracias a su ciclo de vida corto y su progenie numerosa. Imagen: www.indiana.edu

Con el fin de medir los efectos del glifosato, Ramos utilizó larvas de moscas que fueron alimentadas con una solución del herbicida al 2% y menores. Los machos sobrevivientes se aparearon con hembras sanas y esa misma operación se repitió durante las siguientes tres generaciones.

Como resultado, Ramos observó un mayor índice de mutaciones genéticas en las alas de las moscas expuestas, derivadas de la pérdida de heterocigosis en el desarrollo. También la capacidad para producir progenie fue afectada: mientras algunos individuos fueron menos prolíficos, otros produjeron más hijos, aún a altas concentraciones.

"Esto sugiere que en el ambiente los organismos resistentes son cada vez más abundantes. Este es el principio de la resistencia a insecticidas, que se presenta tanto en plantas como animales", explicó Ramos a Noticias IFUNAM.

El glifosato, conocido en México como Aquamaster, es producido por la transnacional Monsanto, que tiene presencia en más de 130 países. Es un herbicida que ayuda a controlar los cultivos que crecen y no corresponden a lo que se sembró en un principio: la llamada maleza.

Esto lo logra gracias a que la sustancia inhibe la enzima Enolpiruvilchiquimato-fosfato sintetasa (EPSP) por la vía del ácido siquímico (llamado así porque se encontró por primera vez en la flor del shikimi japonés), la cual es indispensable para la síntesis de los aminoácidos aromáticos (fenilalanina, tirosina, triptófano) y sin cuya actividad las plantas se marchitan y mueren.

De acuerdo con Ramos, sus resultados sobre los daños en moscas a causa del herbicida podrían implicar posibles riesgos tóxicos para el ser humano. Sin embargo, Monsanto argumenta que el glifosato no provoca ningún daño en personas o animales debido a que estos no tienen la enzima EPSP y, en consecuencia, no habría ninguna inhibición de sustancias vitales.

Aunque el asunto es tema de debate, la investigadora asegura que a pesar de la ausencia de esta enzima, las posibilidades de riesgo existen. Incluso, menciona, hay estudios recientes encabezados por Gilles-Éric Seralini, de la Universidad de Caen, en Francia, que "demuestran una conexión entre los transgénicos con altos grados de glifosato y la presencia de cáncer en ratas alimentadas con ese tipo de maíz", finalizó la académica.