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El Laboratorio 5.5 trae al IFUNAM nuevas líneas de investigación

Aleida Rueda
18/ene/2013

Se ha inaugurado otra etapa en el acelerador 5.5: la adquisición de un dispositivo, un electroimán que permite dirigir el haz del acelerador a diferentes estaciones de experimentación, ha permitido abrir más líneas de investigación y ofrecer un nuevo espacio para el desarrollo de la ciencia nacional e internacional.

El laboratorio, que tradicionalmente se dedicaba únicamente a la ciencia de materiales, hoy, además, abre sus puertas a originales experimentos. Con la creación de flujos de neutrones rápidos y positrones, y de un blanco gaseoso sin ventanas (jet supersónico por bombeo diferencial) se plantea la oportunidad de realizar colisiones de partículas aceleradas con sustancias gaseosas directamente para estudios de física básica y aplicada.

“Al abrir 6 líneas de investigación se multiplica la capacidad de laboratorio. De repente, es como si hubiéramos abierto 5 laboratorios nuevos, cada uno especializado en temáticas diferentes”, dice uno de los responsables de la renovación del laboratorio, Efraín Chávez Lomelí.

De acuerdo con el investigador, la concentración de esfuerzos únicamente en la ciencia de materiales generaba lagunas dentro del Instituto. “Hubo en momento en que lo que se hacía aquí era en muchos sentidos similar a lo que se hacía en el Peletrón”, sobre todo, porque la instrumentación era similar.

Eso, ahora, ha cambiado. La transformación ha sido posible gracias a la participación de investigadores, técnicos académicos y autoridades, y a un cambio drástico en la infraestructura. Se modificaron, por ejemplo, las instalaciones de agua, gas y electricidad de todo el edificio porque las nuevas demandas que tiene el laboratorio son comparables al doble de la que tenía antes.

La sustitución de múltiples elementos de vacío “especiales” por estándares industriales y la introducción de estaciones de diagnóstico de haz modernas en las líneas, cambió la imagen y la filosofía de trabajo en el laboratorio. En pocas palabras, se tuvo que desmontar todo lo que había estado funcionando en la sala de las líneas de haz del laboratorio por más de 20 años.

Los cambios no sólo han permitido la incursión en campos que no estaban cubiertos por otros laboratorios sino la entrada de más investigadores y estudiantes.

“No hay comparación en que uno pueda disponer, en corto tiempo y relativamente bajos recursos, de una infraestructura que está aquí a lado”, dice Chávez Lomelí.

Para los estudiantes además hay un beneficio extra pues mientras que “en otros laboratorios en países del primer mundo, con más recursos y más infraestructura, tienen grupos de ingenieros (en electrónica, mecánica, en el vacío) que se ocupan de las partes técnicas, aquí, los propios alumnos no están solamente invitados sino casi obligados a aprender todo esto y cuando salen al extranjero causan un gran impacto a donde llegan porque tienen una formación muy completa”.

Con la instalación de todas las líneas de investigación al 100%, que ocurrirá en el transcurso del 2013, sigue una etapa de difusión en la que los investigadores participantes confían en que el laboratorio atraiga a científicos nacionales e internacionales a hacer aquí sus experimentos.

“Hemos generado una infraestructura que puede dar servicio a una cantidad inimaginable de proyectos de tipo tanto científico básico hasta puramente aplicados. Es un laboratorio abierto, ofrecemos la asesoría técnica y el equipo necesario para que otros vengan a desarrollar sus propios proyectos”, dice el investigador.

Proyectos como la caracterización de materiales para la industria o incluso para otras áreas como la medicina, física, química, biología, arqueología pueden llevarse a cabo en este laboratorio.

Por ejemplo, la creación de flujos de neutrones rápidos puede tener muchas aplicaciones. El neutrón, a diferencia de las partículas cargadas que se producen en el acelerador, es una sonda que al ser neutra, puede acercarse mucho al núcleo sin ser afectada por los campos eléctricos que ahí hay. Eso permite hacer estudios más puntuales en ciertas características del núcleo.

Es investigación muy básica pero la parte aplicada está en el desarrollo de neutrografías que permitirían ver lo que no se puede ver con los rayos X. En estudios de una estatua, por ejemplo, se podría ver con neutrones qué hay adentro, lo cual no es posible con rayos X.

“Lo que queremos es que la gente sepa que no necesitan saber manipular el acelerador o detectar partículas subatómicas, nosotros lo dominamos y podemos ayudar para que se desarrollen proyectos interdisciplinarios. En este país no podemos darnos el lujo de esperar a que este tipo de infraestructura se desarrolle en todas las universidades, no todo el mundo puede tener la capacidad para armar un laboratorio como éste. Por eso, queremos ponerlo a disposición de la comunidad nacional e internacional”, concluyó Chávez Lomelí.

Investigadores e invitados durante la presentación de las nuevas líneas de investigación del acelerador 5.5. Noviembre, 2012. Fotos: Pedro Zaldívar Sánchez.