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Homenaje a G. Cocho, creador de puentes entre disciplinas

Aleida Rueda
30/may/2013

Por sus 80 años de vida y sus 50 años de labores en la UNAM, el Instituto de Física se unió este 29 de mayo a la serie de homenajes en honor a Germinal Cocho, uno de sus investigadores más productivos, cuyo trabajo ha propiciado siempre la conexión entre diversas ciencias.

En el evento, presentado por Manuel Torres, director del Instituto, Germinal Cocho estuvo acompañado por amigos y colegas que compartieron con el público anécdotas y trabajos de investigación producto de las ideas de “Germi”, como lo llaman cariñosamente.

Carlos Villarreal, Gerardo García Naumis, Rosalío Rodríguez, Rafel Pérez y Matías Moreno participaron en una primera mesa de presentaciones, seguidos por una segunda a cargo de Rafael Barrio, Mauricio Fortes, Jorge Flores Valdés, Rocío Jáuregui, Shahen Hacyan y Lorena Caballero. Todos coincidieron en la capacidad de Cocho para hacer germinar ideas y en su gran honestidad intelectual, pues “Germinal nunca trabajará en algo que no despierte su propia curiosidad”, mencionó Flores.

“Germi es la persona más brillante que conozco (…) Lo difícil de trabajar con él es que uno siempre va atrás pero lo que gana uno en formación y mentalidad es invaluable. Siempre hay piruetas y saltos mortales que surgen en las discusiones con él”, dijo Rafael Pérez.

“Siempre he dicho que Germi es el hombre más joven del Instituto, aunque tenga 80 o 90 años seguirá siendo el más joven porque siempre está buscando cómo aportar y comunicar ideas”, compartió Rocío Jáuregui.

“Germi tiene una facilidad para encontrar puentes en diferentes áreas” dijo Carlos Villarreal, quien se tituló como doctor en física gracias a que, bromeó, “le entendió a (su asesor) Germinal”. “Tiene una gran capacidad para establecer analogías, semejanzas y puentes entre distintas disciplinas", coincidió Rosalío Rodríguez.

Parte de la razón de su gran actividad interdisciplinaria tiene que ver con su misma formación: antes de titularse como físico, Cocho se graduó como médico cirujano por la UNAM. Él mismo explicó que la decisión de estudiar medicina fue más por accidente que por vocación, pues, dijo, en otras áreas iba a ser imposible que consiguiera hacerse entender con su “indescifrable” caligrafía.

Lo mismo opinaron sus colegas, quienes han sido víctimas de los remolinos caligráficos de Cocho. En varias ocasiones llegó Germinal al cubículo de Rafael Barrio a llenar ágilmente su pizarrón con ecuaciones y datos fruto de sus sofisticadas discusiones. “Mi reacción era, primero, poner cara de inteligente y luego decir ‘bueno, pues déjame pensarlo’”, relató Barrio, quien compartió con Germinal y su hermano, Flavio Cocho (Q.E.P.D.), largas sesiones de profundo debate de ideas. “Ningún paper hubiera reflejado la sustancia de esas conversaciones”, dijo.

Pero la complejidad para hacerse entender no ha sido obstáculo para que Germinal Cocho sea un fecundo investigador y colaborador en temas tan diversos como la física de partículas, los patrones de colores en reptiles, los fractales, la propagación del SIDA, o la evolución de un idioma.

Muchos de estos temas han surgido de algo que ya es costumbre en Cocho: seminarios de discusión en los que cualquier persona puede entrar a aprender y compartir sus propias perspectivas. “Siempre tratando de entender, uno puede aportar aunque sea un poquito, y eso lo aprendí en esos seminarios”, dijo Jáuregui.

“Germi siempre apoyó a quien fuera y todo el tiempo establecía colaboraciones”, dijo Fortes. “Siempre ha destacado por su enorme generosidad para compartir sus conocimientos (…) En sus clases nos daba referencias, libros, información, pero sobre todo, ideas”, contó Rosalío Rodríguez.

Además, varios de sus colegas enfatizaron su firme creencia en sus ideas sociales y en su trabajo por enseñar física, y la ciencia en general, de manera distinta. En la Facultad de Ciencias, dijo Rafael Pérez, Germinal creó un grupo llamado Ciencia y Sociedad con el que proponía un modelo para enseñar ciencia que indujera, además, una mentalidad hacia sus repercusiones sociales “no para adoctrinar a los estudiantes sino para enseñarles la ciencia viva, tal y como impacta a la sociedad”, contó. “Buscaba formar científicos consientes de su propia ciencia”.

Germinal cerró el evento con varias anécdotas de cómo incursionó en la medicina y en la física y de cómo la combinación de los conocimientos de esas disciplinas hizo surgir en él su interés por hacer investigación biológica llevado justamente por su habilidad para crear puentes y semejanzas: “las células tienen núcleo y los átomos tienen núcleo, y se me ocurrió la idea (que es el asbesto fundamental de los sistemas complejos) de estudiar lo que hay en común y lo diferente”.

De hecho, esa fue la semilla de lo que hoy constituye el C3 (Centro de Ciencias de la Complejidad) cuyo objetivo reúne gran parte de la visión de Germinal Cocho: plantear una nueva forma de realizar ciencia, que promueva la generación de innovaciones que se puedan socializar, aprovechando la diversidad y calidad científico-técnica instalada en la UNAM y otras instituciones.


Algunos de los participantes del Germifest, 29 de mayo del 2013.

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Germinal Cocho