"¿Estudiar o preservar?" era la disyuntiva en arqueología hace algunos años. Hoy, gracias a la física aplicada y, en específico, al trabajo del grupo del Laboratorio de Análisis No Destructivo para el Estudio in situ del Arte, la Arqueología y la Historia (ANDREAH) hay una clara respuesta: "pueden hacerse ambas cosas".
Con el uso de escáneres, lásers o luz infrarroja, y equipos portátiles que pueden llevarse al sitio arqueológico sin provocar daños, por ejemplo, el futuro en la arqueología parece mucho más prometedor.