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"La enseñanza de la física es clave para mejorar nuestra calidad de vida", si ésta es considerada como un conocimiento fundamental para el desarrollo científico, tecnológico y de innovación de un país; y para mejorar su enseñanza, sugieren nueve pasos en un artículo presentado en ponencia durante la Reunión Anual 2011 de la Sección México de la Asociación Americana de Profesores de Física (19 de Noviembre).

Para Héctor Riveros Rotgé, investigador del IFUNAM y autor del artículo, la física es la base de la sociedad moderna, y para contar con una formación sólida en esta disciplina se requieren desarrollar en los estudiantes el pensamiento crítico y la capacidad de razonar y resolver problemas.

Riveros consideró que esta materia -refiriéndose a su enseñanza en educación básica- generalmente se enseña de modo aburrido, por lo que tiende a ser una de las “más detestadas” por los alumnos. Como posible solución, propuso que ésta se enseñe igual que la música o el deporte: anteponiendo su aprecio sobre su conocimiento, pues “la mejor herramienta didáctica que conozco es el placer que causa entender”, declaró en su artículo.

Los nueve pasos sugeridos para mejorar la enseñanza de la física son:

1) Colaborar con las escuelas de nuestros hijos, llevando demostraciones y experimentos a los profesores para apoyarlos en su labor.

2) Mejorar las Evaluaciones Nacionales, para que midan competencias y no capacidades memorísticas

3) Cursos para profesores que fomenten el razonamiento, que ayuden a los profesores a fomentar en sus alumnos el razonamiento por encima del conocimiento. “Prefiero que no sepan física a que la odien”, enseña Riveros en sus cursos.

4) Libros que muestren cómo aplicar las ideas anteriores, pues “lo que importa no es lo que se enseña, sino cómo se enseña un tema dado; los temas de un programa se utilizan como pretexto para enseñar a razonar”, indicó en el artículo.

5) Artículos y videos con demostraciones y experimentos, pues los profesores podrían aprovecharlos para inducir el razonamiento en los temas de su curso.

6) Revisión de los datos de las Evaluaciones Nacionales, pues “para mejorar, necesitamos saber lo que está mal”, consignó, señalando que un mejor análisis de los resultados de las evaluaciones permitiría entender mejor la distribución de los mejores estudiantes y las mejores escuelas.

7) Revisión de la Prueba Enlace pues aunque “la evaluación continua es necesaria para una superación constante, se requiere tener reactivos confiables”, pues Riveros encontró por lo menos 12 reactivos con errores de diversa índole –de plantamiento, redacción e incluso sin respuestas correctas–. Ante esto, indicó que “es necesario recalificar los resultados presentados de las escuelas, corrigiendo los errores encontrados; pero sobre todo, ser más cuidadosos en la elaboración de los reactivos”, y agregó que “una revisión más completa requiere conocer las respuestas calificadas como buenas”.

8) Revisión de la Reforma Integral de la Enseñanza Secundarias RIES, pues “la SEP insiste en que los libros de texto se apeguen en contenido y secuencias a los programas aprobados, lo que impide la evolución de los textos y de los cursos”, mientras que Riveros consideró que “lo más importante radica en cómo se enseña, más que lo que se enseña; los contenidos mostrados no permiten apreciar la profundidad de los temas a enseñar, y mucho menos las sutilezas de cómo utilizarlos para enseñar a pensar, función primordial de la enseñanza a cualquier nivel”

9) Revisión de los libros de Ciencias Naturales para 5º y 6º de Primaria, pues aunque los libros presentan muy bien los temas tanto en contenidos como en la parte gráfica, podrían mejorarse con preguntas que fomenten el desarrollo de habilidades de razonamiento; también tomando en cuenta que muchos de los ejercicios propuestos no suelen llevarse a cabo y que las sugerencias de búsquedas en internet sin una guía adecuada podrían fomentar las prácticas de plagio que son comunes entre estudiantes que consultan la red.

“Todos podemos colaborar a mejorar la educación en México, según nuestra esfera de influencia, como funcionarios, profesores, o padres de familia”, es una de las conclusiones finales del artículo de Riveros.