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Estrés temprano afecta aprendizaje en etapa adulta

Berenice Guerrero Pineda
24/feb/2012

El estrés puede afectar ciertos procesos de cognición como el aprendizaje y la memoria, afirmó la doctora en ciencias fisiológicas, Limei Zhang, en su conferencia “Neurohormones: the cognitive and emotional integration” el 9 de febrero en el IFUNAM.

“Cuando los seres humanos somos sometidos a niveles normales de estrés, somos capaces de recordar de mejor manera las cosas, pero cuando padecemos un nivel más alto, conocido como "distrés", tendemos a olvidar todo”, dijo Zhang, nacida en China y con estudios de posgrado en México y el Reino Unido.

Aunque eso resulta evidente, Zhang inició una serie de experimentos con ratas para determinar los mecanismos fisiológicos de esta reacción.

Lo hizo a partir de una neurohormona (un mensajero químico producido por neuronas): la vasopresina, también conocida como la hormona antidiurética (ADH), cuya principal función es estimular la reabsorción de agua en el riñón.

Se sabe, con bastante precisión, que la vasopresina aumenta los niveles de agresividad, ansiedad y estrés y consolida la memoria del miedo, como lo cita un artículo publicado en Science en abril del 2005 por los científicos franceses Pierre Veinante y Ron Stoop.

Para comprobarlo, Zhang y su equipo llevaron a cabo distintos experimentos que iniciaron con dos grupos de ratas: en uno, las crías fueron separadas de la madre 3 horas diarias durante las dos primeras semanas a partir de su nacimiento y en otro (el grupo control) no hubo ninguna separación.

Luego midieron los niveles de vasopresina en los dos grupos y encontraron que en el grupo con separación maternal había un aumento en la producción de esta neurohormona.

Después, cuando las crías crecieron, sometieron a los dos grupos a un periodo de 48 horas sin tomar agua con el objetivo de que sus niveles de vasopresina estuvieran al máximo.

Cuando tenemos sed, nuestras neuronas producen vasopresina para darle el mensaje al riñón de absorber el agua disponible y evitar la deshidratación. Así: mientras más sedientos, más vasopresina producimos. Lo mismo sucede en los roedores.

Lo interesante es que al obligar a las ratas a tomar agua de una caja que provocaba pequeños choques cada cinco segundos, los investigadores observaron que mientras que el grupo control bebía agua a pesar de recibir choques, las que sufrieron separación materna solo tomaron agua en escasas ocasiones.

“La ratas aprenden que a veces hay choque y otras no, y que no es doloroso, sin embargo el grupo de separación materna exagera su ansiedad como un mecanismo adaptativo por haber crecido lejos de su madre,” explica Zhang en entrevista a Noticias IFUNAM.

Con el fin de medir el efecto de la vasopresina en el aprendizaje espacial de los roedores, el equipo utilizó la prueba de Richard Morris llamada “laberinto acuático” en donde las ratas deben encontrar una plataforma escondida dentro del agua.

En condiciones basales, cuando existen niveles normales de vasopresina, ambos grupos logran llegar a la plataforma rápidamente, pero cuando se les inyecta una solución hipertónica (alta en sales) que aumenta la secreción de vasopresina, las ratas que sufrieron separación materna aumentan significativamente el tiempo en encontrar la plataforma, es decir, presentan un déficit de aprendizaje espacial.

La conclusión del equipo es que existe una relación entre el cambio en los niveles de vasopresina en las ratas desde la edad temprana con una consecuencia en la conducta de la rata adulta.

El revelador trabajo de Zhang y su equipo se encuentra en proceso de publicación. Mientras tanto, ella busca un modelo matemático que le ayude a entender cómo cambia el sistema nervioso a partir de una situación de estrés pues, dice, al entenderlo “se abre la posibilidad de tratamiento para personas con niveles altos de ansiedad, estrés o depresión”.





Fotos: Pedro Zaldívar Sánchez